Reseña: Lectores aéreos, de Gabriella Campbell

Debo decir, para mi vergüenza y autoflagelación pública, que tengo bastante descuidado el blog. El motivo de esto es mi culo gordo una acumulación repentina de trabajo que se ha prolongado demasiado tiempo. Por suerte, al menos hasta que vuelva a dejarme llevar por las musas procastinadoras, he entrado en un periodo de «tranquilidad» que espero se traduzca en productividad por mi parte.

Al final de este post daré tres noticias, dos que probablemente ya supierais y una en exclusiva. ¡Chan!

Lectores aéreos, de Gabriella Campbell

gabriella campbell

Si eres escritor o aspirante, seguro que conoces el blog de Gabriella. Es una maravilla. No la conozco en persona, pero leyéndolo te haces una idea de lo divertido que debe ser tomarse algo con ella. Tiene un sentido del humor estupendo, pero se toma muy en serio lo que hace y sabe muchas cosas. Lo mejor de todo es que le gusta enseñar, por lo que nadie debería perderse sus bien razonados artículos. Acaba de ganar en la votación de mejor blog para escritores, así que nada de esto es peloteo. Mola y punto.

Como su no ficción es tan buena, tenía que hacerme con alguno de sus libros narrativos. En este caso, Lectores aéreos.

Ya sabéis que a mí los relatos se me hacen un poco difíciles y puede que mi opinión se vea sesgada por mis preferencias personales, pero Gabriella los anuncia como fantasía/ci-fi con toques eróticos y (aunque esto no lo diga) un tratamiento de la temática LGBT totalmente natural. Y no es como si no entrase en mi nicho personal, ¿verdad?

Algunos me han gustado, algunos me han encantado y otros no han terminado de convencerme. Pero lo bueno de estas antologías es que hay un poco de todo. Voy a comentar un poco cada relato para que os hagáis una idea:

Ir a morir: El relato de apertura trata sobre un grupo de… cuidadores de bestias circenses, por así decirlo. Las bestias son bichos raros, como grifos o mantícoras. Y además van en una nave espacial de planeta en planeta. La mezcla es rara de narices y quizá por eso no me ha terminado de entrar.

Lo cierto es que este relato es de los que menos me gustaron. Me pareció que el ritmo era demasiado lento y comedido, aunque el ambiente sofocante y apestoso de las jaulas de los animales está muy conseguido. Se puede paladear el azmizcle y el estiércol el aire a la perfección.

Musa: No puedo decir mucho acerca de la trama sin reventarla. Darla es una musa que inspira a aquellos que la rodean. Un buen día se topa con una mujer tan mediocre como ella.  *clickbait* Lo que pasó a continuación te sorprenderá *clickbait*.

Este es con diferencia el que más me gustó y el que considero mejor de todos. Creo que Gabriella se desempeña muy bien en los relatos cortos, pues es muy buena a la hora de sorprender y quizá no tanto a la hora de mantener la tensión sostenida. Este, como digo, es buenísimo. Tan bueno que cuando terminé levanté los ojos del ebook con una carcajada y con la sensación de haber leído algo muy chulo, como me pasó con Cloro. La antología vale lo que cuesta sólo por Musa.

El día en que desaparecimos: Dos amigos se dan cuenta de que la realidad empieza a cambiar a su alrededor. Son cosas pequeñas, casi sin importancia, pero ocurren.

Este relato me gustó bastante. Tiene un toque a lo Crónica del Dios-Máquina que me ganó desde el principio. Los no roleros lo relacionarán con Dark City, Matrix o algo de Clive Barker (cuyo trabajo inspiró Kult, a lo que también me recuerda. ¿Veis? Todo relacionado con el rol).

Polvo: ¡Y este es el relato de Changeling! Una camarera descubre una puerta a otro mundo donde encuentra a un ser especial.

También me gustó mucho. Ya he dicho que a Gabriella se le dan mejor los relatos compactos, y aunque este no iguala a Musa, tiene un toque de amor trágico y perdido que me pareció muy bello.

Paredes como gargantas: Dos hermanos viven bajo el auspicio de su casa, un ente que parece vivo y se defiende de las intrusiones.

Este relato empezó gustándome con su aura de misterio y familiaridad. Puedes percibir la casa y sus recovecos, sus pequeñas extrañezas. Puedes percibir la unión entre los hermanos y su aislamiento del exterior. Todo está bien, pero en algún momento se nota una ruptura entre la tensión y las expectativas que no terminó de agradarme. Supongo que parece que el clímax se encuentra en la excursión nocturna de Enric, pero no termina de estallar como yo esperaba. En su lugar, el desenlace se prolonga demasiado y le faltan chispas. Es inquietante, pero no tan explosivo como parecía que sería.

La curiosidad de Tim: Un corredor tiene unos cascos que le permiten oír pensamientos.

Este es otro de los cortitos. Es una bonita ventana a las pasiones humanas y hace pensar en lo que podríamos hacer en caso de encontrarnos uno de esos cascos. Por otro lado, me ocurre algo parecido a lo que me pasó con Paredes como gargantas: creía que el giro sería diferente. Sin embargo, su corta longitud hace que la ruptura no sea tan fuerte. Aun así, lo tengo entre los que menos me han gustado.

El extraordinario caso de Emil von Trope y Jack el Destripador: Un místico/masón/cabalista asegura tener el modo de descubrir la identidad de Jack el Destripador por medio de un ritual que usa las líneas lay que fluyen bajo el Londres victoriano.

Este relato es rotundamente distinto al resto, al menos en el modo de presentarlo. Cuenta con un inicio lleno de diálogo e información implícita que me recuerda a mi propio estilo. El final es, como en todos, sorprendente. A mí me dejó un poco fría. Tal vez es que los temas no me interesaban demasiado y no me metí tanto.

Black Magic Woman: Una niña parió una vez un delfin. En su vida adulta, el fantasma de ese parto aún la persigue.

Tiene un inicio buenísimo que en sí mismo ya valdría como relato muy corto. El hecho de que la longitud no se prolongue mucho más sólo le suma enteros. Gabriella es un hacha con este tipo de cuentos. La prosa es bella, sucia y retorcida a ratos, y tiene toques que me recuerdan a La semilla del Diablo y a la escena del aquelarre. Me gustó un montón. Gabriella, sigue escribiendo cosas como estas.

Nada en el mundo: Una mujer es rescatada de su adicción por un hombre, pero ni su vida cómoda es capaz de apartarla de lo que la obsesiona.

El mayor problema que le veo a este relato, que técnicamente es casi perfecto, es que en términos de trama lo único que se nos oculta es la naturaleza de la adicción. Habiendo leído el resto de relatos, sabemos que esta mujer no va a ser adicta a la heroína o a la Coca-Cola como el resto de los mortales. Lo leí con cierta resignación, como esperando a que consumiera por fin y viéramos de qué se trataba. Y cuando lo ves, tampoco es para tanto teniendo en cuenta que vienes de leer cómo una chiquilla pare un delfín. Si el relato estuviera suelto, el efecto sería muy distinto. Sumado a todos los demás, pasa muy desapercibido.

Un romance eléctrico: Una cortesana de la Ilustración francesa tiene un desencuentro con un marqués.

Este relato cuenta con los elementos de los relatos más cortos de Gabriella: pocas explicaciones, prosa endemoniada y un final explosivo (este, de verdad). Como pasa con el otro relato de época (que reseño más abajo), el ambiente está muy bien conseguido y al terminar no tienes muy claro qué acabas de leer. Pero te ha encantado. A mí, al menos, sí.

Historia de un plagio: La novia de un escritor le ha plagiado su novela y la ha convertido en un gran éxito. Parece que no es el único al que le ha pasado…

Con este me ocurre un poco como con Paredes como gargantas. Es intenso, misterioso. Está bien presentado y todo apunta a que habrá un giro explosivo y genial… que no termina de llegar. Al menos, a mí no me dio esa sensación. Me gusta, eso sí, el desarrollo del romance. Quizá por eso el final me resultó tan desabrido.

Delirio: El duque de Sajonia está convencido de que es de cristal. Una mujer se ofrece a darle un corazón de carne.

Otro de los cortos y geniales. Este, además, tiene una capa añadida de qué demonios acabo de leer al mezclar géneros sin que te lo esperes. Tal vez sea un poco tramposo, pero no tengo ninguna pega que ponerle. Que rompa todo lo que haga falta.

Lo inevitable: Una niña recibe tres profecías.

Este relato es de los que menos me han gustado. Creo que el ritmo no le favorece y hace demasiado hincapié en la obsesión de Silvia. Además, supuse el final tan pronto apareció Mérida. Me gustan los temas, pero se tratan mejor en Diente por diente. Especial que es una.

Lectores aéreos: Unos misteriosos seres roban libros.

Es un relato muy corto, casi imperceptible. Es sutil, como los lectores aéreos, y no tiene un giro remarcable de los que te dejan muerta. Viene y va, como los lectores aéreos, y no te das cuenta. Es pequeño y cuqui, como los lectores aéreos.

Y diente por diente: Una mujer recibe una demanda judicial por algo que hizo en una vida pasada.

Esta reseña es muy personal. A diferencia de los que más me han gustado, es más largo que corto y tiene un ritmo pausado y tranquilo. Y el final no es sorpresivo. Sin embargo, es el relato que más huella me ha dejado. Lo terminé antes del fin de semana y me ha estado rondando la cabeza desde entonces. No sé muy bien por qué.

Toca algunos de los temas que me obsesionan y en algunos puntos he visto trozos de mi propia vida. Supongo que es por eso que me ha llegado tanto. Me gusta la separación de escenas y el desarrollo de la relación entre las protagonistas. Me han dado ganas de entrar en la historia y decirle a Lily que no, que eso no es el sadomasoquismo, que eso es una relación insana y tóxica, un amor dañino sobre los que tanto me gusta leer y escribir.

Aunque no es el mejor relato, es el que recordaré cuando piense en el libro. Me parece un final acertadísimo para la antología por toda la carga emocional que tiene.

En definitiva:

La antología tiene sus altos y sus bajos, pero sus altos son tan altos que los bajos no importan demasiado. Todos los relatos están escritos con calidez y tienen una prosa personal, bella sin ser farragosa. Creo que algunos cuentos ganarían si se leyeran por separado, pues después de los tres o cuatro primeros se establece un contrato invisible en el que se promete la sorpresa y no todos llegan a cumplirlo.

Algunos relatos me han hecho reír y otros me han dado qué pensar. Y ahora mismo, después de escribir la reseña de Y diente por diente, tampoco sé muy bien cómo seguir. Maldita Gabriella. Qué sensación más extraña e intensa.

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Ya que habéis leído la reseña, daré tres noticias. La primera es que el lunes salió a la venta el segundo número de Horizonte Rojo. Si no te acuerdas de por qué deberías leerlo, aquí tienes una pista.  Tanto el primer como el segundo número pueden adquirirse en Lektu y Amazon. Léelo en casa, en la cama, en la bañera o en el metro. Esta opción es especialmente adecuada si quieres escandalizar a las ancianitas chismosas que te espían sobre el hombro.

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La segunda es que Horizonte Rojo (sí, sí) ha entrado en imprenta y podréis adquirirlo a partir de finales de este mes. Estaré en las KBoom de Barcelona (23 y 24 de abril) en el stand de Café con leche para firmar libros y lo que se tercie. Compartiré espacio con Diana Gutiérrez (si no habéis leído su Pavo Rosa, no sé a qué esperáis) y con P’REZ, que hará dibujitos.

La tercera es que he abierto una nueva sección en la web donde subiré algún que otro relatillo gratuito, o anotaciones de mis trabajos. Empiezo con las anotaciones de Horizonte Rojo nº1 (que sí, Rocío, que tienes un libro, que te hemos oído) para el disfrute de aquellos a los que les guste cotillear el proceso de los escritores. Podéis leerlas aquí.

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