Un día, rondando por redes, me topé con lo que parecía un fanart de mi novela inédita Guerreros del sol. Quitando que llevasen ropa actual, las dos muchachas eran parecidísimas a las protagonistas de la novela. Aparte de sentir una felicidad extraña y que el estómago me diera vuelta de campana, busqué información al respecto: resultaba que Naughty Dog, la desarrolladora de videojuegos que me encantan como The last of us, había sacado un juego de la serie Uncharted que, si bien era más corto y ligero que los protagonizados hasta entonces por Nathan Drake, acompañaba a dos secundarias de la saga en una caza tesoril. Yo no había jugado a ningún Uncharted aunque sé que apelan al vacío creado por la ausencia de Indiana Jones y, aunque no sea mi género favorito, no voy a dejar escapar la posibilidad de echarle el guante a un juego de ese estilo protagonizado por mujeres que son clavadas a Beren y Niala. Unas ocho horas de juego más tarde, puedo asegurar que Uncharted: El legado perdido es toda una experiencia para cualquier amante de los personajes femeninos con brazacos bien desarrollados… y que desde un punto de vista escritoril, es aún más interesante.
La trama no es más que una excusa: lo que importa en El legado perdido es el espacio (las ruinas Hoysala) y, todavía más, el desarrollo de la amistad entre Chloe y Nadine. Digo amistad aunque bien podría tener el germen del romance: si la pareja protagonista fueran un hombre y una mujer heterosexuales, sus múltiples gestos de intimidad y sacrificio mutuo los colocarían sin duda en la casilla de pareja. Y aunque yo misma las shippeo como loca (y parece que en Naughty Dog opinan parecido y, siendo los mismos que en The last of us nos traían a Bill y el primer beso de Ellie y Riley, lo mismo nos llega en el próximo juego), su intimidad está tan bien construida que no pica ni cae en el queerbaiting. Así que sí: en este artículo voy a hablar de la creación de la intimidad entre personajes usando El legado perdido. Igual os cae algún spoiler. Si no vais a jugarlo, os recomiendo ver un gameplay para disfrutar de la narrativa y la animación que nos regalan los de Naughty Dog. Es una joyita.
La definición de los personajes
Si buscas profundidad en la relación y la intimidad, los personajes tienen que ser también profundos. La intimidad no es solo dar permiso para invadir el espacio personal: aún más importante, es permitirnos mostrar nuestros recovecos y vulnerabilidades, esas dobleces que nos hacen personas y no conceptos. Si los personajes son planos, ¿qué faceta de sí mismos dejarán ver cuando se encuentren con la otra persona? ¡Si solo tienen una!
En el caso de El legado perdido, Chloe tiene una capa externa: la ladrona astuta y juguetona, algo traidora, muy coqueta. Es la primera Chloe que ve Nadine y la primera que vemos nosotros, así como la que utiliza para aprovecharse del villano. Pero, conforme su relación con Nadine profundiza, nos encontramos con una mujer inteligente y compasiva con genuino afecto hacia los que considera amigos, que no duda en sacrificarse a sí misma y sus intereses por otros, y con una profunda admiración y duelo por su padre.
Nadine está un poco menos desarrollada por no ser la protagonista, pero sigue siendo profunda: de un exterior duro, inflexible y terco, a veces hasta hostil, pasa a un interior curioso y afable, una nerd que adora a los animales y busca datos sobre catapultas en Wikipedia, y con un sentido del humor más en sintonía con el de Chloe de lo que parece a simple vista.
No lo aceleres
El otro día me topé con un vídeo interesantísimo sobre el problema del romance (en inglés) y, aunque este artículo no trate exclusivamente sobre ese tipo de relaciones, creo que definía muy bien por qué las subtramas románticas dan tanta pereza. En resumen, decía que nos hemos acostumbrado tanto a que haya una subtrama romántica en casi todas las historias que se tiende a eludir la parte en la que se desarrolla el romance y la intimidad. No hay nada como poner a dos personajes (generalmente un hombre y una mujer) mirándose fijamente a los ojos para que la audiencia entienda que ESTÁN HECHOS EL UNO PARA EL OTRO. Porque si no puedes quitarle los ojos de encima a un pavo, por supuesto que darás tu vida por protegerlo. ¡Así funciona!
¿Nunca habéis visto o leído una historia y os habéis preguntado por qué se quiere la pareja? ¿Qué ven el uno en el otro, qué han vivido hasta aquí, qué tienen en común? ¿O, por otro lado, cuánto van a durar en cuanto salgan del embrollo en que se han metido? Hablo de pareja porque el romance, por algún motivo, se ve como un estado relacional diferente y más complicado que la amistad y no canta tanto (porque del romance «no se puede salir» tan fácilmente, quizá), pero es aplicable a otras relaciones.
Crear intimidad lleva tiempo. Son gestos, conversaciones, hitos. No hablo de intimidad sexual: esta se encuentra a un beso de distancia y puede acabar en un si te he visto no me acuerdo. La intimidad emocional se construye despacio y por lo general con más escrúpulo que el contacto físico. Nadine y Chloe no se da un gran morreo o un gran abrazo para sellar su amistad: sabemos que está ahí porque se han contado cosas que no contarían a cualquier persona, se han admitido errores mutuamente y se han puesto en peligro por la otra sin dudar.
Pequeños gestos
A menudo veo romances con hitos muy parecidos: empiezan a la gresca, antagonizándose con banter máaas o meeeenos inspirado, muchas bromas de doble sentido que a veces suplican tortazos (por parte del lector), hay dos o tres situaciones heroicas en las que se salvan mutuamente, tienen una GRAN CONVERSACIÓN QUE LO CAMBIA TODO y en algún momento se van a la cama y ya está. Pa ti pa siempre.
Lo cierto es que en la realidad no suele pasar así. Las amistades y los romances crecen poco a poco, con los roces diarios. Y, desde luego, hay detalles que marcan la intimidad que poco o nada tienen que ver con chuparse la cara mutuamente.
Hace tiempo me topé por Tumblr con una lista de actividades íntimas no sexuales. Parece que salió de este post de Livejournal de ysabetwordsmith. Recuerdo haberlo leído y que algo hiciera clic en mi cabeza; no volví sobre ella hasta tiempo después, pero para entonces ya había puesto en práctica algunas de sus sugerencias. Voy a traducirlas, resumirlas y comentarlas brevemente:
Cuidado personal
- Cuidado del cabello: Cepillar, lavar, trenzar, cortar el pelo… Básico en los primates sociales, en algunas culturas el trenzado del pelo es una experiencia de vinculación.
- Afeitado: Exige un alto nivel de confianza, dado que estamos jugando con cosas afiladas cerca de la cara de alguien.
- Baño: Depende de la cultura; en algunas el baño comunal está a la orden del día. Que te vean desnudo ya es un gesto de confianza e intimidad.
- Alimentar: Una muestra de cuidados, que en ocasiones puede implicar la supervivencia de la persona a la que alimentan.
- Masaje: Contacto de piel con piel, a veces cerca de la desnudez. Conozco gente que no soporta ir al fisio porque no le gusta que le toquen desconocidos.
- Cuidado de los enfermos.
- Tocar partes del cuerpo que no se ofrecen a los extraños: A un desconocido podemos darle la mano, a un amigo lejano rozarle la espalda o el hombro. Con amigos cercanos nos besamos, abrazamos más intensamente, nos tocamos la nuca, la cara, los pies…
- Ver a alguien sin equipos de adaptación: Como gafas, aparatos dentales, prótesis, silla de ruedas…
- Poner o quitar las gafas: (cuando una persona se duerme, por ejemplo).
- Desnudar a alguien: Ojo con este. En 50 Sombras tenemos a Anastasia borracha llevada a casa de Grey, desnuda en su cama. No es lo mismo que me desnude mi madre o mi pareja a que me desnude un cualquiera por buena intención que tenga. Si no quieres que sea creepy de narices, espera a que sean muy íntimos, a que ambos den permiso o que no quiten más que la chaqueta y los zapatos antes de meter en la cama.
Cercanía emocional y psicológica
- Contarse secretos
- Pedir por alguien en un restaurante: Ojo también con este, que según cómo sea la relación puede ser paternalista.
- Ayudar con una situación difícil, como un funeral o un juicio, es algo que solo suelen hacer los amigos íntimos.
- Llorarle a alguien (o con alguien): No todo el mundo nos ve llorar, y si lo hacen suelen ser cercanos a ti. Aún más íntimo es que te sostengan mientras lloras.
- Ejercer un papel importante en una boda.
- Consolar después de una ruptura.
- Mirarse a los ojos: Sí, esto es un tropo porque se hace. Pero no lo hace TODO, vaya.
- Escuchar el pulso o la respiración de alguien: Después de la adolescencia, solo lo he hecho con parejas o con amigos muy íntimos.
Dormir y otras cercanías espaciales
- Acostar a alguien: Meter a alguien en la cama es un gesto de preocupación. La versión suave es tapar a alguien que se ha quedado dormido o destapado. Ojo con los creeps, que no es lo mismo acostar a alguien que se ha quedado dormido borracho que desnudar a una desconocida y meterla en la misma cama que tú (aunque no la toques en toda la noche).
- Dormir en la misma cama: Incluso si no hay contacto físico, el acto de tumbarse tan cerca precisa de confianza.
- Mirar a alguien dormir: NO SEAIS CREEPS (a no ser que el libro vaya de eso, que entonces adelante).
- Despertar a alguien de una pesadilla.
- Acampar juntos.
- Compartir una silla de montar.
- Compartir un viaje de coche: Menos íntimo, pero un buen punto de partida. En El legado perdido, la mitad de la relación se construye mientras conduces cataratas abajo.
Organización de la vida
- Dejar que alguien conduzca tu coche (¿o monte tu caballo, supongo?)
- Compartir objetos personales: joyas, ropa, calzado…
- Dar tus contraseñas o pedir a alguien que postee por ti: OJO CON LOS CREEPS. No es lo mismo exigir las contraseñas o darlas como muestra de confianza que por otros motivos (mi pareja sabe muchas de mis contraseñas por practicidad diaria y por si acaso me pasa algo, y comparto cuentas de Steam y Netflix con otros amigos).
- Compartir la cuenta bancaria.
- Preparar la maleta de alguien antes de un viaje: sabes hasta qué punto conoces a alguien cuando no necesitas guía para empacar lo que sabes que usará.
- Limpiar para alguien.
- Vivir juntos.
- Criar juntos a un niño: Puede o no ser con tu pareja.
Situaciones urgentes
- Atender o ayudar en un parto.
- Salvarle la vida a alguien: Por fiiin.
- Arriesgar tu vida por la de alguien.
- Atender una muerte: Apoyar a alguien en sus últimos momentos es algo muy íntimo.
En El legado perdido, las protagonistas empiezan peleando juntas, ayudándose a subir a bordillos altos y de vez en cuando increpándose por hacer cosas dudosas. A medida que prosiguen su viaje y tienen conversaciones cada vez más íntimas en el coche, Chloe pasa a aceptar los ofrecimientos de ayuda de Nadine incluso aunque no sea urgente (se tocan), se sostienen de los hombros para equilibrarse (se tocan otra vez), se miran a los ojos más de lo que se suele hacer con compañeros de trabajo, comparten secretos y preocupaciones, se salvan la vida, admiran el paisaje y hasta lloran.
Llegado a este punto, las pequeñas traiciones ya no se dejan pasar con un encogimiento de hombros: duelen, porque la confianza era real, y la parte ofensora busca el perdón y admite sus culpas. A partir de aquí dejan de llamarse por los apellidos (en inglés, llamarse por el nombre de pila es el equivalente a tutearse) y su admiración y devoción mutuas son palpables. Por eso no hay ninguna duda de que, aunque subirse a un tren que va a explotar sea una locura total de la que saldrán vivas con suerte, si una lo hace lo hará la otra. Incluso la escena de los créditos, por corta y graciosa que sea, indica intimidad: Chloe, Nadine y Meenu, la niña del prólogo, comen pizza en silencio después de su ordalía. Sam intenta hablar de negocios, pero ellas no le hacen ni caso. Los silencios son una muestra tremenda de intimidad: ¿cuántas veces has sudado y recurrido al tiempo para entretener a ese vecino con el que te has topado en el ascensor?
Resumiendo
- Averigua por qué encajan estas dos personas.
- Define el proceso por el cual van a unirse cada vez más.
- Riega sus interacciones de pequeños gestos.
- ¡Ve despacio! La atracción sexual o la simpatía pueden empezar con una mirada, pero no sirven para sustentar una relación íntima.
¡Y ya estaría! ¿Cuando escribes haces algo de esto? ¡Cuéntamelo en los comentarios! La creación de la intimidad es mi parte favorita del desarrollo de personajes y quiero saber cómo lo haces tú.
Rocío, me ha encantado tu artículo. ¿Dónde puedo leer algo tuyo para saber cómo haces lo que explicas en él?
¡Me encanta que me hagas esa pregunta, voz en mi cabeza! En mi Patreon escribo relatos largos/novelettes mensuales plagados de ejemplos (La serie de La Compañía Amable, por ejemplo). Por solo 1 dólar al mes (un euro al cambio, más o menos) podrás disfrutar de todas ellas.
Si te gustan más la space opera, las mercenarias duras y problemáticas y erótica realista, te interesará leerme en Horizonte Rojo. ¡Ya vamos por el número 6 y contando!
Como siempre, pepitas de oro.
Voy yomando nota que esto me va a venir de maravilla en los berengenales me que quiero meter.
¡Muchas gracias por hacer cosas así!
Me flipa como escribes, y lo mejor, aprendo un chorro de cosas. Mil gracias por tomarte el tiempo de publicar estos textos, que a los novatillos como yo tan bien nos vienen 😀
¡Gracias a ti por leerme!
Me ha encantado el artículo, especialmente porque tengo un borrador de novela de fantasía donde dos personajes son hermanos (imagino que bien puede contar como intimidad) y necesito que aparte del buen rollo que se llevan en los diálogoso compartan momentos más fraternales. Por el momento cuando hay problemas primero se buscan y luego ya deciden qué hacer; pero imagino que tener gestos más fluidos, compartir comida o todo lo que has dicho me puede ayudar.
¡Gracias!
¡Nos vemos!
Sí, cualquier relación familiar estrecha puede tener esa intimidad y supongo que dos hermanos que han crecido juntos están hartísimos de tocarse, lavarse juntos, contarse secretos y todo lo demás. ¡Me alegra que te haya gustado, gracias!