Cómo escribir personajes LGBT (que a mí me gustaría leer)

¡Ya están los gays con sus exigencias! —dice alguien levantando un bastón mientras juega una partida de dominó imaginaria en el bar de jubilados imaginario donde coloco a cualquier persona que pronuncia esta frase.

Pues sí, aquí estoy, ya ves. Con mis exigencias de persona queer que se gasta más dinero en entretenimiento que en comida. ¿Para qué demonios querrías saber cómo quiero que me representen en la ficción?

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Pues por cambiar de siglo, por ejemplo. Sí, ya lo sé: no hace demasiado que ser abiertamente LGBT dejó de ser delito en el mundo occidental (por mucho que algunos se empeñen en traernos de vuelta a aquellos tiempos de linchamiento y horca), y aún queda un largo camino por recorrer. Para empezar, que dejen de darnos palizas por la cara en la capital de España. Pero soy una persona optimista con un entorno maravilloso que me permite empezar a soñar más allá del Bury Your Gays o el Vasquez Always Dies, las historias de coming of age o los personajes tan únicos e inolvidables como El peluquero gay o La bisexual fanservice.

A continuación enumero cinco puntos básicos a la hora de escribir historias con personajes LGBT que hacen cosas.

Nota: las citas en cursiva sólo dicen “gay” porque, por desgracia, son los único que parece que se encuentren a la vista. Aunque las siglas LGBT sólo mencionen cuatro posibilidades, el artículo se refiere a todo el espectro de sexualidad y género más allá de la heterosexualidad cis.

1. Escribe personajes primero y añádeles lo LGBT después

“Ella es la heroína que salvará el mundo… y él es su mejor amigo gay.”

DETESTO con la fuerza de los mares los personajes LGBT que hacen de su sexualidad su única característica personal. Los detesto porque no sólo son estereotípicos, sino aburridísimos. Mi regla número uno para crear personajes LGBT es no pensar en su sexualidad hasta después de establecer quién y cómo es.

Esto te permitirá cumplir el siguiente punto:

2. Escribe personajes que, ¡anda! son LGBT

“No he metido gays porque no es relevante para la historia.”

He oído esa excusa infinidad de veces para justificar por qué en tu manuscrito de 400k palabras no hay ni un solo personaje no heterosexualcisgéneroprobablementeblanco. La sexualidad, a no ser que se trate de una historia sobre “la lucha de una pareja por…” o “el descubrimiento de un joven que…” nunca importa.

Pero, si no importa, ¿por qué habría de preocuparme por incluir personas LGBT en la trama?

Pues porque en la vida real hay gente interesante que hace cosas relevantes *y* además es LGBT. Josephine Baker fue una bailarina exótica y espía de los aliados en la 2GM que, mira tú por dónde, era bisexual. Chelsea Manning, una militar transgénero, filtró a Wikileaks documentos clasificados de las guerras de Irak y Afganistán y fue condenada por ello a pesar de que para algunos fuera una heroína.

Si la sexualidad de un personaje LGBT no puede ser representada porque “la historia no va de eso” o cualquier cliché con el que intentes defenderte, borra cualquier mención a atracción por otras personas/antiguas parejas/relaciones románticas que hayas insertado hasta el momento. Sí, representar la sexualidad se refiere a eso.

3. No caigas en el tokenismo

“Mi historia es muy inclusiva. Uno de los compañeros de clase del prota es gay”.

Si estás leyendo este post supongo que intentas escribir personajes LGBT bien. Si sólo quieres asegurarte de que tu historia sea guay me temo que deberías replantearte unas cuantas cosas.

El tokenismo consiste en colocar en tu historia un personaje de una minoría para justificar tu anti- lo que sea. No lo hagas. Ese personaje merece tu atención como algo más que una herramienta política. Desarróllalo. Haz que sea único. Haz que no sea el único.

4. Escribe personajes LGBT imperfectos… pero tampoco te pases

“En esta vida no se puede ser políticamente incorrecto. ¡Si metes un gay, tiene que ser una persona estupenda!”

¿Quieres hacerme roncar? Haz un personaje LGBT plano y maniqueo. Que sean tan bueno que siempre tenga en cuenta los sentimientos ajenos, dé limosna a los pobres y cante como los ángeles. O escríbelo tan malo que aplasta gatitos, asesina a viejas en portales y trollea en Tumblr.

Por si no lo habías notado todavía, este post trata sobre que la manera adecuada de escribir personajes LGBT es hacerlo como si fuera gente normal. La gente normal tiene luces y sombras, se equivoca y acierta. Hazte a la idea. Y no, tranquila, no pasa nada si tu villano es homosexual.

5. Escribe personajes interseccionales

“¡Sí hombre! Encima de gay, va en silla de ruedas y es negro. ¿Y qué más?”

Como las personas reales, los personajes no sólo tienen una dimensión. No me refiero a que sean más o menos profundos (eso, según precise la trama), sino a que no sólo se mueven en un plano social. Dependiendo de sus características físicas y socioeconómicas, el personaje tendrá unas ventajas y desventajas según el medio en el que se encuentre.

Los personajes LGBT no existen en un vacío en el que sólo son LGBT, y no me refiero a su estereotipo o función en la historia. Hay mujeres transgénero lesbianas, ciegos gays, bisexuales negros, hombres transexuales musulmanes, asexuales latinos… Las combinaciones son innumerables y todas reales.

Como ejemplo de personajes LGBT bien escritos en historias que no redundan sobre la orientación sexual, diría Jeri Hogarth, de la versión televisiva de Jessica Jones. Es una despiadada abogada defensora que emplea a Jessica para algunos de sus casos. Cree en que el fin justifica los medios y actúa de manera fría y calculadora. Y es, hasta donde sabemos, lesbiana.

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Cada vez que pone esa mueca yo me deshago por dentro.

En lugar de arrojarnos el dato a la cara y correr despavorida, la subtrama de Jeri es importante además y a pesar de ser lesbiana. Tiene un affaire con su secretaria… y está casada con una mujer, lo que provoca que se vea envuelta en un feo proceso de divorcio que da muchos problemas.

¿Cambiaría algo que fuese un hombre heterosexual? No. Absolutamente nada. ¿Es importante su sexualidad? Bueno, lo importante es que tiene una aventura y está casada. Los géneros de esas personas resultan irrelevantes porque no juegan ni a favor ni en contra de la situación. Simplemente son.

Y mola.

15 comentarios

  1. Cano dice:

    Me gusta especialmente esta entrada porque es algo que muchas veces se hace mal, sobre todo en series de TV.

  2. Cano dice:

    Bien pensado, no es por eso por lo que me gusta especialmente esta entrada. Es porque he escrito y dibujado personajes LGBT y son, bueno, gente. Tienen su vida, pagan sus facturas y algunos llevan su armadura cuando trabajan.

  3. Raquel dice:

    Buenas Rocío! Me ha parecido algo genial. Quizás porque suelo usar muy pocos personajes en mis historias, nunca había pensado en ello, pero lo tendré en cuenta sí o sí. ¡Gracias!

  4. Raquel dice:

    Me ha encantado esta entrada. Como lectora, muy de acuerdo. Como escritora también, pero es más difícil llevarlo a cabo. A ver si alguna vez saco a la intemperie algo de lo que rula por mis cajones y pasa el examen 😉 Gracias por el post.

  5. Si es que no debería ser tan difícil hacer personajes pertenecientes a minorías (en el sentido de representación) y no lo es. El problema es que por hacerte el «progre» metas al amigo gay de la protagonista, al peluquero gay, a la amiga lesbiana que más bruta que Hulk… Hacer esa clase de personajes consiguen el efecto contrario, o al menos lo hace para mí.

    En la novela que estoy escribiendo, en relatos en mi blog y en La Vigilia (que es público) hay personajes queer. No se definen por características de género o por su sexualidad, sino por cómo son ellos. Kaín es un maníaco egocéntrico con hambre de poder, Ava es una mujer rota desde la muerte de Lily, o Bonnie, que es comandante de un grupo de piratas y asesinos. Ninguno de esos personajes míos se definen por su género o su sexualidad, que no deja de ser una dato más del personaje, sino que se definen por su contexto socio-cultural, sus vivencias, su personalidad… Son personas y no una serie de rasgos que se resaltan en ellos, pero que no se resaltan en el caso de los personajes heterosexuales.

    Al final te he colado un tocho, pero es que el tema me enciende. No me resulta habitual encontrar personajes queer que no estén estereotipados, pero cuando encuentro alguno lo celebro como si fuera fin de año.

    Un enorme saludo.

    • bufalo1973 dice:

      Es curioso; estaba pensando en que sería, como mínimo, gracioso que en una serie, por ejemplo, se supiera que hay una lesbiana y al presentar a los personajes estuviera el estereotipo de «machorra rapada con tatuajes hasta en el culo» y «princesita salida del Disney de los 70» y que en algún momento quedara claro que no es la primera la lesbiana si no la segunda.

      Por aquello de que más de uno se llevara un guantazo por sus prejuicios.

      Claro que estaría mejor aún que no hubiera a estas alturas necesidad de esquivar los estereotipos al igual que ningún negro en las películas se pone a hablar como si estuviera en «Lo que el viento se llevó».

  6. Camiji dice:

    Jajajaja bueno, mi principal razón para leer este post es que una de mis novelas en proceso es sobre, adivina, una pareja joven (o sea la suma de los dos casos que mencionaste más arriba). Me siento un poco cliché, pero creo que la historia no es así en realidad: Los personajes son adolescentes con sus gustos y sueños y miedos y manías que happen to be gay. Además decidí saltarme el clásico «Juanito pensó en su amigo Pepito… pero no podía gustarle! Era un chico como él!» típico de la ficción adolescente que incluye estas relaciones. Me encantan tus consejos <3

  7. Xana dice:

    ¡Hola Rocío!

    He de decir que me está gustando mucho tu blog, dado que no sólo aprendo de literatura, sino muchísimo sobre el LGBT, el cual es un tema del que, si bien apoyo, tengo conocimientos más bien escasos. Así que aprender tantísimas cosas por aquí me viene genial, dado que me llego a sorprender a mí misma viendo que hasta hace poco (años o meses, chispa arriba, chispa abajo) tenía o más o menos creía correctos (craso error). No me gusta opinar sin saber y leer y aprender tantas cosas por aquí me alegra el alma, en serio.

    Lo que sí, tengo una duda; no sé si tendrás una entrada en el blog sobre la invisibilización, que es un tema sobre el que tengo desde hace bastante y no termino de comprender (140 caracteres en twitter no me aclaran muchas cosas xD)

    Igualmente, seguiré pasándome por aquí y esperando nuevas entradas.

    ¡Un saludo!

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