Después del exitoso post sobre subgéneros de fantasía, no he dudado ni por un instante que llegaría el momento de escribir este otro. Sin embargo, me he encontrado con que describir los diferentes subgéneros de la ciencia ficción es bastante más complejo que los de su pariente fantástico.
La lista de subgéneros es un poco más extensa que la del post anterior y he decidido mezclar algunos que me han parecido que suelen ir de la mano. Os digo lo de siempre: probablemente me deje algunos en el tintero, las descripciones son pequeños resúmenes de lo que define a un subgénero y en muchas ocasiones tienden a solaparse unos con otros. Si te gusta la ciencia ficción, conocerás todos o la mayoría. Si eres nuevo en el género, no dudes en echarle un ojo a la lista porque seguro que alguna de las variantes te llama la atención.
Pero antes de que empieces, debo hacerte una pregunta algo chocante:
¿Cómo de dura la quieres?
Aunque esto no ocurre con la fantasía, cuyas normas no tienen que obedecer más que a las leyes internas de un mundo inventado, en la ciencia ficción es necesario señalar cuánta base científica tienen los sucesos de la historia y cuánto se aventura en el terreno de la hipótesis.
Ciencia ficción blanda
Las leyes físicas se tienen en cuenta, pero se doblan y estiran hasta cubrir las necesidades de la historia sin explicar muy bien cómo. Es muy normal que existan novedosos elementos químicos o procesos físicos que permitan, por ejemplo, viajar en el tiempo, alcanzar la velocidad de la luz (¡sin que exista dilación temporal!) o intercambiar conciencias entre cuerpos.
Ejemplos: Flores para Algernon, de Daniel Keyes, La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin, o cualquier producto de Star Trek.