Las agendas ideológicas, qué en boga están. Son como muy del 2010, ¿no? Ahora hay un montón de gente haciendo ruido y exigiendo que en los cómics y las pelis salgan mujeres, y gays, y gente negra, y gente trans. Qué cosas, los paladines de la justicia y los caballeros blancos, qué de voces aparecen cuando se les da una cuenta de Twitter desde la que hablar. Y lo peor de todo es que los creadores… ¡les están haciendo caso! ¡Nos quieren meter sus agendas políticas por los ojos!
Cuando un juego como Baldur’s Gate decide introducir un personaje trans como si fuese una persona normal que hace un comentario al respecto si le preguntas por el nombre, los guionistas nos están enviando el mensaje de que las personas trans son personas normales y corrientes que podemos toparnos comprando el pan, yendo a clase o viviendo aventuras por Faerûn. Probablemente, si estás leyendo este blog, estés de acuerdo con este mensaje y consideres que es positivo (aunque, como todo, podría hacerse mejor).
Bueno, pues eso no fue lo que pensó parte de Internet. Supongo que no tengo que explicaros que parte de Internet apesta a estas alturas, pero eso, que apesta.
Este artículo está fuertemente influenciado por este fantástico vídeo de Bukkuqui